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miércoles, 26 de agosto de 2009

NOSOTROS- por Gabriel Zaid


El autor de Reloj de sol (El Colegio Nacional, 1995) reflexiona sobre esa primera persona del plural que tiende a traducirse en metáforas civiles: la familia, la nación, la empresa, la etnia. Es siempre un yo el que dice nosotros, afirma Zaid, distinguiendo al individuo, que es real, de las entidades colectivas, que son abstracciones.

Cuando Nietzsche escribe en Ecce homo capítulos titulados "Por qué soy tan sabio", "Por qué soy tan inteligente", "Por qué es-cribo tan buenos libros", "Por qué soy un destino", poco antes de volverse loco, su exaltación (la de un fan de sí mismo) parece desquiciada. Sin embargo, los autorretratos de los pueblos, de los Estados, de lasinstituciones, dicen lo mismo y no parecen cosa de locos. Por el contrario, la exaltación del ego colectivo pasa por virtud, digna de la mayor abnegación, sin excluir la ofrenda de la propia vida, ni el sacrificio de vidas ajenas. Como si la abnegación del yo en la afirmación del nosotros fuera siempre admirable. Como si el fanatismo del nosotros fuera menos desquiciado que el fanatismo del yo...

ES MUY BUEN ARTÍCULO, LES RECOMIENDO KE LO LEAN, PUES HABLA DEL EGO COLECTIVO, YO COMIENZO A SER MEJOR, PARA AYUDAR A MI ENTORNO A SER MEJOR..... Y JUNTOS SALIMOS ADELANTE

lunes, 24 de agosto de 2009

ALGUNA VEZ TE ALCANZARÁ EL SONIDO...


Alguna vez te alcanzará el sonido

de mi apagado nombre, y nuevamente

algo en tu ser me sentirá presente:

más no tu corazón; sólo tu oído.


Una pausa en la música sin ruido

de tu luz ignorada, inútilmente

ha de querer salvar mi afán doliente

de la amorosa cárcel de tu olvido.


Ningún recuerdo quedará en tu vida

de lo que fuera breve semejanza

de tu sueño y mi nombre y la belleza.

Porque en tu amor no alentará la herida

sino la cicatriz, y tu esperanza

no querrá saber más de mi tristeza.

Ruben Bonifaz Nuño

Una nueva vida


Hace 1 año, mi bebe comenzó a existir, en mi corazón, mi mente, y en mi vientre, creo ke su primera experiencia fue haver vivido esa emocionante aventura dentro de mi, escuchar lo desconocido, e ir conociendo poco a poco el mundo por medio de los sonidos, y por medio de mis emociones.
HOy es un niño muy sonriente de 4 meses, ke me ha enseñado cosas ke no aprendi en toda mi vida, como reir ante la vida, incluyendo sus problemas, sus tristezas, sus triunfos, etc. Me ha enseñado, ke siendo el tan solo un bebe, ha pasado su primer examen, el de poder respirar para vivir, obteniendo una muy buena calificación claro.
En fin, este pekeño, es mi luz, esa luz ke crei ya nunka volver a ver, pero ke ahora me abre los ojos, hacia nuevos horizontes, una razón para levantarme, seguir adelante, luchar ante las batallas, simplemente una razón mas para ser feliz.
Mi embarazo fue una etapa muy diversa, llena de lágrimas, risas, emociones muy bonitas, confusiones, etc, pero sin duda, sobre todo llena de felicidad, al saber ke mi cuerpo, era portador de alguien muy importante, tenia dentro de mi, una vida, una responsabilidad, una alegria, un pekeño ser ke era mi hijo....
Y... A su padre, mis agradecimientos sinceros, ya ke sin él, este pekeño no existiría, y ademas mi mas grande amor, admiración y cariño, por todo su apoyo, su paciencia, su amor para con nosotros, en fin, me cansaría de teclear lo ke significa para mi, el ke estuviera a mi lado...
Durante mucho tiempo emití un grito de auxilio, ahora, solo grito de felicidad, de agradeicimiento a mi familia, mis amigos, a mi Dios, ya ke kon su ayuda, aun sigo en este viaje.......

sábado, 22 de agosto de 2009

Aunke bien sé que no me extrañas

















Aunque bien sé que no me extrañas,


aunque tengo la razón, me acuerdo:


el cáncer terminó; te ausentas


por todo lo mal que supe amarte.




Ya fui desventurado cuando


estuviste aquí, y en el momento


donde te vas, me desventuro.


La sola ventaja de estar ciego


es acaso no poder mirarte.




Ya morir sin arrepentimiento


es mi esperanza, y te lo digo


porque al fin te conozco;


que si he pedido muchas cosas,


pude pagar con sobreprecio


las pocas que me fueron dadas.




Tú, como si nada, te diviertes;


pero entristécete:


si todos sabrán que estoy quemado,


ninguno sabrá que por tus llamas.




Vete como de veras; pierde


el número atroz de este teléfono,


la dirección que no aprendiste,


aquel corazón tan despistado.




Igual sigue siendo todo; nadie


hay como tú, por mi fortuna;


pero a nadie como tú he llegado.




Ya te conozco, ya obligado


soy a bien quererte y despreciarme.


Pero no, porque me da vergüenza;


pero sí, porque me estoy muriendo


sin voluntad ni penitencia.




Y por todo: porque no quisiste


permanecer, porque me olvidas,


porque me voy tristeando, graciaste doy.

Ruben Bonifaz Nuño